Escribir una historia es como embarcarse en una aventura, y como cualquier viaje, necesita una hoja de ruta. En el ámbito de los escritores, esta hoja de ruta se manifiesta a menudo como un esquema. Embargo, los escritores suelen alinearse en uno de estos dos bandos: los que organizan y los que planean. ¿En qué categoría te encuentras?
El Plotter
Profundicemos primero en la mentalidad de los Conspiradores. Estas personas son estrategas minuciosos. Incluso antes de empezar a transcribir sus pensamientos al papel o a la pantalla, tienen a mano esquemas meticulosamente elaborados. Cada giro de la trama, el viaje de cada personaje e incluso las subtramas están metódicamente trazados.
Para Plotters, esbozar no es sólo una herramienta, es una forma de vida. Al tener una trayectoria clara para su historia, pueden sortear los peligros de perderse en medio de la narración. Los planificadores defienden a ultranza sus esquemas, afirmando que agilizan el proceso de escritura y aumentan la eficacia.
Sin embargo, adoptar la filosofía del Plotter no está exento de desafíos. A algunos escritores les puede parecer que ceñirse demasiado estrictamente a sus esquemas ahoga la creatividad, dando lugar a narraciones que parecen artificiosas o predecibles. Además, está la amenaza siempre latente del bloqueo del escritor, que puede asomar la cabeza cuando el esquema no consigue despertar la inspiración.
El enfoque Pantser
En el extremo opuesto del espectro se encuentran los Pantsers. Estos escritores evitan la planificación meticulosa y, en su lugar, se lanzan de cabeza a sus historias armados con poco más que una vaga noción de su destino. Para los Pantsers, el encanto reside en la emoción del descubrimiento. Disfrutan de la espontaneidad inherente al proceso de escritura, dejando que sus personajes les guíen en una expedición de exploración.
Los Pantsers se deleitan con la libertad que acompaña a la incertidumbre. Se deleitan con los giros inesperados que se desarrollan orgánicamente a medida que escriben, confiando en sus instintos para navegar por la narración.
Sin embargo, este enfoque no estructurado no está exento de inconvenientes. Sin una hoja de ruta que les guíe, los Pantsers corren el riesgo de perder el rumbo o de encontrarse arrinconados en un rincón narrativo. Además, mientras que algunos escritores prosperan ante la incertidumbre, otros pueden encontrarla paralizante, llevándoles a interminables revisiones y falsos comienzos.
Encontrar el equilibrio
Entonces, ¿dónde te sitúas tú? La verdad es que no hay una respuesta universal. Cada escritor posee un estilo único, y lo que resulta eficaz para uno puede resultar contraproducente para otro. Algunos pueden gravitar naturalmente hacia uno u otro extremo del espectro, mientras que otros pueden encontrar consuelo mezclando elementos de ambos enfoques.
Descubrir tu equilibrio puede implicar algo de ensayo y error. Puede que comiences tu viaje como un planificador acérrimo, sólo para darte cuenta de que tus ideas más brillantes se manifiestan cuando renuncias al control y abrazas a tu Pantser interior. Por el contrario, puedes encarnar de forma natural el espíritu de un Pantser, pero llegar a apreciar la estructura y la orientación que puede proporcionar el esquema.
En última instancia, el objetivo primordial es determinar qué funciona mejor para ti. Tanto si te alineas con el bando de los Plotter como con el de los Pantser, o en algún punto intermedio, la clave reside en honrar tu proceso único. Al fin y al cabo, no existe un método «correcto» para contar historias, sino el que te permite articular con autenticidad tu visión narrativa.
Así que, ¿eres un Plotter o un Pantser? O tal vez estés a caballo entre ambos mundos. Abraza tu estilo y deja que florezca tu creatividad. El mundo espera tu historia, y se enriquece con las diversas voces y enfoques de los narradores.