Ciudad Blanca I
Ciudad Blanca, más que un mito o una leyenda, habla de todas aquellas cosas que producto del quehacer del propio hombre, en nuestro mundo, causa dolor, desconsuelo y otros tristes sentimientos que hacen derramar muchas lágrimas.
Allí, en esa bella ciudad, un famoso y millonario hebreo, el doctor Avidor, junto a su preciosa y exuberante esposa, decide establecerse y crear un Laboratorio de Productos Farmacéuticos que lleva su propio nombre y cuyos fármacos llegaron a ser reconocidos por sus grandes resultados terapéuticos; no obstante, sus efectos secundarios que presumiblemente dieron como resultado la aparición de enfermedades, malformaciones, etc. sin conmover a sus fabricantes, ya que los intereses económicos y la obtención de ganancias, en la producción de dichos fármacos, constituía la piedra angular en la política económica de sus dueños.
La policía y sus agentes, así como el destacado detective, de conjunto, se enfrentan a los más maquiavélicos secretos de seres humanos con aberraciones psicológicas que llevan a su ciudad de ensueños a vivir una terrible pesadilla por todos los crímenes cometidos.
Es, por tanto, con el curso de la novela, cuando se desvela el gran secreto de la esposa del dueño de Avidor, que comienza el desenlace y aparece el hilo conductor, para desenredar la compleja madeja de tan abominables crímenes.
-- Alex McDioni