Dios dentro de mí
Hablar de acoso y de abuso físico, psicológico y moral es mostrar una de las expresiones de la violencia humana en el mundo, desafortunadamente, a través de la historia del mundo todo esto sigue sucediendo. A pesar de que el mundo avanza, la tecnología despierta cada vez con más herramientas para ayudar al planeta Tierra a modernizarse día a día. Lo único que, al parecer, no avanza, es el cambio de conciencia o la elevación de conciencia en los seres humanos, para dejar de hacer este tipo de acosos o de abusos en los seres más vulnerables e inocentes del planeta Tierra.
Recuerdo, desde niño, esa búsqueda continua de Dios, como les expliqué, desde muy pequeño busqué esa comunicación directa con Dios, sin pensar en todo lo que tenía que enfrentar para poder darme cuenta y llegar a la conclusión que Dios está dentro de mí. Tomé la decisión de escribir este libro, ya que cuando estaba en la cúspide, en los medios de comunicación tanto radio, televisión y prensa, logrando un importante lugar como figura pública en la comunidad, la gente me hablaba y me atacaba de cierta forma, diciéndome: "Es muy interesante la forma de hablar de usted, una forma bonita, positiva, realmente cuando habla nos damos cuenta, todos los que lo escuchamos, que en realidad nunca ha pasado por cosas difíciles, que en su vida nunca ha tenido carencias, que siempre se le ha dado todo con facilidad". Cada que escuchaba sus palabras se me venían a la mente todas las experiencias negativas que había tenido en mi vida, y me decía a mí mismo: «un día las compartiré en un nuevo libro, ya que con mis experiencias podría ayudar a las personas que han pasado por este tipo de situaciones, a enfrentarlas de una forma diferente, a darse cuenta de que si reconocemos que Dios está dentro de nosotros, podemos sacarle el mejor partido a todas las cuestiones negativas que pasen en nuestra vida, entenderemos que Dios en la vida nos da oportunidades para cambiar nuestra historia, cambiar nuestra vida y no quedarnos en el papel de víctimas y con esto sufrir, amargarnos la vida, incluso llegar al borde del suicidio».
Es simple solo darnos cuenta de que Dios es Yo y Yo soy Dios, ya que somos parte de su energía suprema, como una chispa divina.
-- Sergio Pérez