Tita
Quisiera decir a las personas que ahora me hacen el favor de leer este escrito, que esta historia nació con el único fin de hacer un pequeño, pero muy merecido homenaje a una mujer la cual dedicó cuarenta y ocho años de su vida a cuidarme, educarme y protegerme, pero sobre todo a darme su cariño y su amor, el más puro amor de una madre.
Dicha mujer fue mi abuela Cristina, Tita como todos le decían, todo lo que lean en este escrito, está basado en la vida real, casi todo es verdad a excepción de algunos eventos. Ahora dejo en sus manos y su amplio juicio discernir que es verdad y que es ficción, pero sea como sea, espero de corazón se sientan identificados conmigo en algún momento de esta historia, aquellos quienes tuvimos la fortuna de tener un ser como este, podrán comprender mejor.
Pues no hay manera de agradecer con palabras lo que se siente dentro del alma, pues sencillamente estas no existen. Es por eso que hice esto, para de alguna manera decirle "gracias", y dejar un legado al mundo, aunque sea muy sencillo de lo que significó para mí esos cuarenta y ocho años que la tuve conmigo.
Deseo también, que esto sea un recordatorio para todos aquellos seres humanos que aún tienen la fortuna de tener una abuela o una madre que las amen y las cuiden, pues cuando ellas se van, nos dejan un vació tan grande que es imposible de llenar. Dejo entonces en sus manos, este mi sencillo aporte al mundo, esperando de corazón sea de su agrado y lo disfruten.
-- Juan Gonzalo Migoni